Mi Campo de Girasoles

domingo, 24 de septiembre de 2006

ETERNO YING-YANG




El egoísmo humano es tan inmenso y tan sutil que incluso las personas más buenas del mundo son egoístas a veces sin ni siquiera darse cuenta. Quién pone los límites a las cosas… quién puede asegurar que cuando alguien hace una buena obra hacia otros no lo hace realmente por aliviar su propio ánimo… aunque no sea consciente de ello.

No es que no crea en el amor desinteresado, claro que creo en él, como todo el mundo tengo una madre, está claro que el amor desinteresado existe, mi madre me ama desinteresadamente, por siempre jamás. Sin embargo, no pienso que todas las personas buenas sean desinteresadas, ni creo que eso sea algo malo. Se puede ser bueno, extremadamente bueno, y tener la esperanza de obtener algo a cambio en la vida, eso es ser humano, nada más. Creo que las personas nos cansamos de ser buenas, o de intentar serlo, porque nos han enseñado que el amor no espera nada, que el amor todo lo puede, que el amor, que el amor, que el amor…. El blanco y el negro son colores preciosos por sí solos, pero resulta fascinante la gama de grises que ambos colores generan. Deberíamos ser más realistas y enseñar cosas factibles a nuestros hijos, esto nos haría más buenas personas y algo menos egoístas.

1 Comments:

At 10:00 a. m., Anonymous PITUFLÁUTICO said...

Hace un tiempo (que no mucho)hice una bestia de mí mismo y la consecuencia fue que me liberé de la consciencia, no conseguía amar a nadie más que a mí mismo. Que ya no era ni un hombre era un hombreLOBO.
Alivié mi conciencia en numerosas ocasiones con voluntariado en diversos centros y comedores sociales, AMÉ A OTRA PERSONA, PERo como el amor de una MADRE no hay ninguno.

 

Publicar un comentario

<< Home