Mi Campo de Girasoles

jueves, 15 de febrero de 2007

DOS GENERACIONES


Cuando contemplo sus ojos no puedo evitar verme en ellos, y no sólo porque las dos los encogemos al reír hasta dejar el horizonte reducido a una línea del grosor de un hilo... veo en ellos todos mis miedos, mis alegrías y mis triunfos... a veces, incluso me cuesta dejar la mirada fija en tan bellos pozos de sabiduría por temor a sentirme despojada de todas esas máscaras que muchas veces los hijos mostramos ante las madres. Con los años he aprendido a dejarla mirar... no necesita decirme nada, yo tampoco lo necesito. Es más grande que todo eso, es yo, es todo, es la esencia de vivir y es todo cuanto uno precisa. Los ojos de una madre no sólo te ven por dentro, también te enseñan a no fallar, a ser mejor persona, a levantarte sin vergüenza cuando caes... porque en ellos están la vida que no deseas y los proyectos que te mantienen vivo; el ayer, el hoy y el mañana..., basta con saber mirar. Es increíble pero es cierto, en los 0jos de mi madre puedo ver toda mi vida aunque intente buscar la suya.



Esta canción, en su versión más antigua, me la cantaba mi madre cuando era pequeña. Casi me había olvidado... la rescaté de mi memoria no hace demasiado y por supuesto, ya forma parte de la banda sonora de mi vida.