Mi Campo de Girasoles

jueves, 8 de febrero de 2007

SOLDADOS DE JUGUETE

Nunca he sido fanática de nada, creo que soy demasiado orgullosa para eso... sin embargo, hubo una época de mi vida, la cual recuerdo emocionada, en la que como cualquier otra adolescente, mi vida giraba en torno a la ropa, los chicos, el botellón, las pellas y, en mi caso, en torno a Martika. Un día escuché una canción, me cayó en gracia la chica y empecé a empapelar mi habitación con fotos y posters mientras me aprendía todas las canciones como si me fueran a examinar al día siguiente. A la par que escribo, caigo en la conclusión de que después de todo, voy a tener que retractarme de mis primeras palabras de este post... pues al mismo tiempo que tecleo, recuerdo como mis cortes de pelo iban variando en función de cómo mi amiga aparecía en sus videos... está claro, me retracto, me volví un poco fanática aunque me cueste admitirlo... Recuerdo también cómo, para no perder la costumbre y andando siempre en mi línea, me sentía incomprendida. No había más de tres almas en todo el instituto que conociera a esta mujer; eso me sacaba de quicio a la vez que hacía que me reafirmara en mi postura rebelde propia de tan fatídica edad. Aún recuerdo ese día en el que un chico de mi clase me dijo "Sabes que te pareces a Martika??"; no sé qué pretendía, pero ese día me sentí la persona más importante del mundo...


Todavía de vez en cuando oigo algunas de sus canciones y dejo volar mi mente sintiendo un especial cariño por todos aquellos momentos tan mágicos, difíciles y raros.


Es curioso cómo los años y la vida nos hacen cambiar. Hoy mi ego ha crecido a fuerza de acontecimientos, vivencias y todas esas experiencias que se viven de los diecisiete a los treinta, y no, ya no quiero parecerme a nadie y aunque a veces desee ser aquella muchachita de instituto de cabeza rapada y ropajes sacados del Planeta Imaginario, tengo que decir que ya no me gustan las comparaciones y que no hay mayor desafío personal que poder gritar al mundo "me gusta como soy".