Mi Campo de Girasoles

sábado, 21 de julio de 2007

LA MÚSICA DE TUS OJOS


Hay pocos placeres en la vida igualables a contemplar el mar desde la cómplice calma de un amanecer... pero la fuerza y el empuje del mar pueden estar encofrados en muchos otros lugares. Los poetas cantan desde que existe el mundo a ojos verdes y azules como el cielo, atribuyéndoles cualidades marinas, pero la grandeza de vivir está en no ver sólo lo evidente; esa grandeza está, por ejemplo, en encontrar la belleza del océano en ojos en los que primero te pierdes y en los que luego quedas sumergida en una marejada de pestañas que siguen el compás de un pentagrama caprichoso; pestañas que no hacen más que presagiar unas pupilas intensas e iris color café. Quien descubre el ritmo ondeante y el vértigo del mar en una mirada libre y altanera queda tocado por un ángel por siempre jamás...