Mi Campo de Girasoles

martes, 29 de julio de 2008

EL HÁBITO NO HACE AL MONJE...


Aquí los dos prendas encantados de la vida


Lo que suele pasar. Vamos, una noche de esas que piensas en salir en plan relajado, un par de copas, una charlita agradable, un poquito de fresquito veraniego y para casa. Ni de broma. El caso es que ahí estábamos David y yo, contándonos nuestras penas y ahogándolas en el hielo de las copas hasta que se nos ocurrió la genial idea de llamar al tercero en discordia, que es lo que suele ocurrir cuando David y yo nos juntamos, que nos da por llamar a Hugo para que se una al espectáculo.


Ipso facto. Llegó en menos y nada. Los tres foragidos, el peculiar trío, los Bee Gees de Jerez, el bueno, el feo y el malo, los Dalton de la noche, nosotros tres y punto. No nos hace falta nadie más.


Allá íbamos a entrar en un garito de moda cuando el amable segurata con forma de ropero abierto le dijo a mi amigo David "Usted no puede entrar con ese tipo de ropa". Ese tipo de ropa se ve en la foto, es decir, pantalón corsario y camiseta de toda la vida. Uyyyyyyy, qué subidón de orgullo me entró de repente, qué amor propio más incontenible, qué mala leche, qué autosuficiencia y qué de todo.


"Ven pacá un momento David", dije mientras le tiraba del brazo hasta la calle de enfrente. "Killa, qué hace?", decía el otro con los ojos abiertos como sandías mientras me veía desabrochándome mi pitillo de la talla 34 versus su corsario de la 42..., "A ti qué te parece David?, y date prisa que tengo el culo al aire!". El hombre bala. Más rápido no pudo ser. Aún me estoy preguntando cómo fue capaz de embutirse mi minúsculo pantalón sin rechistar... bueno, el culo no se lo tapaba, pero vaya, la camiseta estiraba bastante, con lo cual no había indicios de exhibicionismo por ninguna parte. En cuanto a mi..., mejor no comentar cómo quedó mi modelito..., sólo decir que entré sujetando con la mano izquierda el pantalón y con la derecha abonando la entrada y todavía al portero le dieron ganas de tontear conmigo, increíble!!!


Si no hubiese tenido tantas ganas de entrar allí, sin ninguna duda se lo habría reprochado al incoherente de la puerta: cómo puñetas se le puede decir a uno que no puede entrar con un pantalón corto en pleno mes de julio y luego te atreves a permitir la entrada a los payasos de la tele.... que yo llevaba hasta tacones con ese corsario cuatro tallas mayor que la mía!!!!!!!


Putada bien grande la de no haber sacado fotos, pero estábamos tan metidos en la labor de cruzar aquella puerta que ninguno de los tres caímos en hacerlo. Pocas veces me he reído tanto. Todavía me acuerdo y no me lo creo.

Davilito, que eres un showman...

Aquí, el pitillo de la 34 que permitió a David traspasar la frontera del buen gusto

Y aquí, además de David en pose Adonis nocturno..., el corsario de la 42 que más tarde mataría todo mi glamour....

2 Comments:

At 8:34 a. m., Anonymous Anónimo said...

no me lo puedo creer de verdad?¿?¿ o te lo has inventao??? jajajajaja dioooo q weno!!!!!!!!! jajajajajaja

 
At 4:23 p. m., Blogger MANFREDO ESCRIBE said...

Hasta ahora no habia reparadoni leido con atencion tremenda perfonmance, aun estoy que me rio a mas no poder. Bueno, que ganas que tenia de entrar al lugar ese eh?, me imagino a tu pobre amigo -ha de ser muy flaco a todoesto-, enfundado en tu pantalón, jajaja, y tu Nuria haciendo carrera de encostalados dentro de esa bermuda... que buena , salpimentada y todo pero me has alegrado la mañana con tu historia, gracias.
Saludos desde la amazonía en Perú

 

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