Mi Campo de Girasoles

jueves, 11 de febrero de 2010

UMBILICALIDAD...

Si empezara diciendo que puedo escribir los versos más tristes esta noche estaría plagiando a la vez que optando por otro género, cuando lo mío realmente es la prosa, si se puede llamar así a esto que hago… el caso es que comienzo triste aun sabiendo que no lo son tanto los sentimientos que hoy me llevan a mover los dedos entre mis teclas. La impotencia es lo que tiene… saber que luchas contra un imposible produce una embriaguez profunda y dolorosa que únicamente destila aromas tristes, a no ser que seas un superdotado a la hora de levantar tan pronto como caes, circunstancia que ya empiezo a plantearme. Caí de bruces esta noche. Una conversación fortuita me hizo comer el suelo. No desistir en mi afán de encauzar lo dificilmente encauzable fue lo que me hizo levantar tan pronto, como cuando caes de la cama a media noche y esa vergüenza invisible te hace saltar rápidamente sobre el colchón como si mil seres iguales de frágiles que tú te estuvieran mirando… yo únicamente quise sellar lo que se empezó a fraguar el día de mi nacimiento, ese vínculo sagrado y único que conlleva la consanguineidad directa… sin sarcasmos, sin caretas, sin prejuicios, sin dobleces y sin tonos significativos en el discurso… topé con mi imagen en un espejo cuarenta años después de hoy, resabiada, alerta, a la defensiva, infinitamente apenada y atacando sin darme cuenta a mi propia hija, volcando en ella mis frustraciones laborales, personales, amatorias y maternas. Tanto me dolió contemplar aquello que no pude hacer más que dejarlo notar, ni siquiera por rabia ni por dolor, sólo porque todavía vislumbré un ápice de esperanza, una gota de sentido común, un rastro de solución o, al menos, un síntoma de merecida empatía.

Poderoso sarcasmo. Como la lengua de una víbora, puede ayudarte a salir airoso pero pobre de uno si pierde el control, si lo usas tan seguido, si se convierte en tu herramienta diaria, si sólo tienes eso para ser fuerte… cabe la posibilidad de que entre tus dientes enjugues tu propio veneno hasta la muerte… gracias a Dios o a lo que quiera que sea que mueve el mundo, su voz me nombró justo cuando cruzaba el umbral de su puerta y casi el de su corazón acorazado con una tonalidad que llevaba esperando escuchar toda mi vida… la palabra perdón pierde su significado cuando otras situaciones la hacen insignificante… hay lágrimas que dicen “perdón”, ojos que dicen “perdón”, besos que claman “perdón” y silencios profundos que saben perdonar. Cómo no hacerlo? No todos somos padres, o madres…, pero todos somos hijos.



6 Comments:

At 12:18 a. m., Blogger Carlos said...

Tristeza, impotencia, rabia contenida, muchos sentimientos en tus versos... es lo que tiene escribir en caliente..., ahi quedan.... Besos poetisa des/conocida

 
At 7:04 p. m., Blogger Unknown said...

Sigo alucinando cómo una mujer de 33 años puede escribir cosas como éstas.
Sigo pensando que, como minimo, tienes 3.333 años.
Te sigo siguiendo... y seguiré. Un abrazo muy fuerte.

 
At 11:33 p. m., Blogger inu said...

El tio sam no será mucho?jajaja

 
At 11:36 p. m., Blogger Mi campo de Girasoles said...

Pues... yo creo que el Tío Sam realmente nunca fue nadie... ;)

 
At 1:15 p. m., Blogger madjuan said...

Escribes muy bien y tienes la mente clara, algo fantastico hoy en dia. Como no te conozco, te compro. Peace and Love.

 
At 11:53 a. m., Blogger AdR said...

¿Cómo es eso que se dice cuando uno se quita el sombrero?...

Ah, sí...

chapeau, querida.

 

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