TENGO
Tengo un cajón lleno de
manteca que se derrite y se desparrama, de bancos de forja en medio de la calle
ansiosos de culos cansados y ojos observadores, de puntos negros que crecen
como flores en medio de la nada, de conversaciones silenciosas y pupilas
habladoras, de carcajadas con lágrimas y sana asfixia, de canciones y libros,
de cuencos para cereales, de coreografías estúpidas y lindas, de brisa marina y
salitre reseco, de paseos en los que lo de menos son las pisadas, de siestas
acaloradas, de desayunos, de transistores debajo de la almohada, de teatrillos
y performances, de palabras dulces, de recetas, de estrellas y perseidas, de
cigarros en la ventana y de maletas por hacer. Tengo un cajón colmado de
sueños, de bellos propósitos, de futuro sano y fuerte, de “quereres son poderes”,
de esperanzas cimentadas y semillas germinantes. Tengo un reloj que no para,
que aporrea y chilla “tic tas” que duelen, y tengo una llave colgada en mi
pecho; tengo las voces de quienes se preocupan por mi vigilia, zarandeándome,
implorándome “abre, ábrelo… ya”; y tengo un cuco perezoso y libre que no
aparece a las “en punto”; tengo una flor que nunca muere… para mi cuco.
2 Comments:
Ese cajon es una vida completa, lleno de vida, porque todo lo que esta en el parece que se ha guardado por la experiencia o por el deseo que lo fuese.
Ese cajon es una vida completa, lleno de vida, porque todo lo que esta en el parece que se ha guardado por la experiencia o por el deseo que lo fuese.
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