CRISIS

Me gusto en tiempos de crisis. Dicen que en situaciones extremas uno aprende a sacar partido de todo, a utilizar sus recursos naturales por narices y a apreciar lo que realmente tiene importancia. No sé quién lo dice, supongo que es vox populi, pero es cierto. Durante los últimos dos meses elaboré guisos impensables y muy sabrosos por cierto, con tan solo medio kilo de patatas y algún resquicio de cebollas, recuperé trapillos antiguos que me hicieron sentir la diva que una vez creí que era, sopesé aún más el sabor de una cerveza bien fría y disfruté mucho más de una buena conversación con un amigo. Políticamente hablando, los entendidos afirman que las crisis son necesarias y buscadas en muchísimas ocasiones... será, soy apolítica total. Yo sólo entiendo de la vida que me tocó vivir y, por h o por b siempre mi existencia estuvo en crisis... así es que únicamente tuve que añadirle el aspecto económico y, la verdad, sigo mirando al cielo azul los días claros y sonriendo al menos levemente. La crisis de la que hablan los telediarios vino para mi con la apariencia de una gran bofetada en un cuerpo minúsculo, me aporreó tan fuerte que no sé si las reminiscencias del impacto me están causando más daño aun que el primer golpe..., sin embargo, no me tapó la cabeza, sigo alzando el cuello y buscando esa isla, siempre la hay. Cuando al fin sea mia, izaré en ella mi bandera, mi estandarte, mi insignia. Realmente, es como siempre, quiero decir que quien permanece estancado no vive, y quien vive se mueve y con él mueve su bandera, y es así como camino ahora, pendiente de la colonización de un nuevo trozo de tierra en esta marea de poco dinero, falsas amistades y encuentros con uno mismo que de nuevo me ha tocado vivir.