DESDE MI SILLA...

Él y yo. Eso y yo. Yo y yo. Encendido, candente, cálido y confidente. Consumiéndose me consume y despierta los sentidos consumidos que impiden el consumo que consumidores de la noche no llegan a consumir sin él… malo, bueno, perjudicial, terapéutico. Delirante, sutil, estimulador, placebo… droga maldita, naturaleza traidora. Trampolín temerario, muro infranqueable. Sin hacer apología a los malos hábitos te doy las gracias, sin elogiar el daño a la biología humana te venero, y, sin ser lo único que despierta mis sentidos te felicito. Raro como un sentimiento, extraño como una conversión, profundo como una caverna a la vez que superficial como una planta trepadora te aprecio en mi micro mundo. Escondido por cultura, o elogiado por la misma, cada calada despierta al rico de su mundo de vanidades igual que duerme al pobre de penurias y calamidades. Si está en la tierra, no puede ser malo; si está en mí debe de ser glorioso, no espero menos ni obtengo más.