A MIS COLEGAS DE BATALLAS: A LOS PRESENTES, LOS PASADOS Y A LOS FUTUROS ( CON LOS QUE ESPERO NO ENCONTRARME...)
La desnudez es un arma…, o una desprovisión, según se mire… Desnudar la psique cuesta tanto a veces …, es necesario , pero jode sobre manera. Aunque, en ocasiones, fluye cual meada mañanera. Charlas, fumas, conversas… y sale. Gracias, nunca antes pronuncié tu nombre en un post… sí, puede, quizás… venga, ok, sí, hace unos meses, quien sabe. Estuviste ahí, felicitándome, regalándome… haciéndome sentir importante… también lo hiciste hoy sin apenas ser consciente. Salir, charlar, beber ( el rollo de siempre como dice “Extremoduro”. Consumir, mear, escuchar, compartir… Eso. Eso que hacemos cada día al pulsar la línea dos y dejar de oír al que no conecta o al que lo hace lentamente, o al que lo intenta días sí y otros días no… ). Me enseñaste a mirar en las llamadas ocupadas, a mirar en esas en las que ya hay un protagonista que ya sabe cómo acabará su incidencia pero aún así necesita hablar con alguien, me mostraste que a pesar de la distancia inevitable siempre habrá un vínculo geográfico y laboral que hará las veces de puente humano, comprendí que a pesar de las diferencias forzosas y forzadas seguirás brindándome una sonrisa. No te lo creas, coño. Tampoco te estoy dando las gracias por vivir. Es sólo que encontrarme con tu cara me hizo sentir viva, es sólo que compartir dos o tres experiencias telefónicas y agónicas me recordó la felicidad con la que me haces vivir cada tarde, es sólo que saber que la amistad está por encima de todo y que conservarte gratuitamente vale más a veces que un buen caso cerrado en primer contacto. Eres como un consulta-caso a última hora, unos datos de conexión a las diez menos diez, una tp-promo nada más llegar, un soplo de viento fresco entre tanta mierda… un no pasa política de seguridad cuando todo parece confabular en contra de uno… eres la brisa que necesita uno en la cara cuando todo se vuelve espesor informático y lo único que anhelas es un grito que emane de tus desesperadas entrañas… eres mi colega de batallas, mi maestro en las artimañas técnicas estratégicamente humanizadas, mi ratón hijo de puta que debido a la mugre acumulada en sus ruedecillas me abandona durante segundos para luego sintetizar con mi muñeca y conmigo toda una tarde, mi argumento técnico sin sentido pragmático, mi motivo de risa cada tarde, mi maestro cabrón, mi razón para seguir diciendo “buenas tardes bienvenido a Orange” hasta que la inconsciente vida no comprenda que debe colocarme en otro peldaño...
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