Mi Campo de Girasoles

jueves, 4 de diciembre de 2008

EL ESPEJO DEL ALMA


Me llegó un correo de Corporación Dermoestética. ¿Te gustaría tener un rostro más joven? decía… no, la verdad. Me gusta mi rostro. Es como el de mi madre con indicios del de mi padre en cuanto a lo alargado y anguloso. No es joven. Tampoco es viejo. Es mío. Me gusta. Me sigue transmitiendo, a veces me desconcierta, otras veces me hace sonreír, en ocasiones no quiero ni mirarlo y en contados lances ya, me recreo en él. Pero camina erguido, en armonía con mi frágil cuerpo, con mi piel reseca por la treintena y con mi pelo liso de geisha salvaje. No lo cambiaría por ningún otro ni renegaría de él, sólo me atrevo a perfilar mis cejas cada dos meses para acentuar la coquetería que enmarca mi ira contenida y mi expresión de “coño, que estoy viva”. Jamás atentaría contra la naturaleza de mi cara. Mi cara. Mi etiqueta de presentación. Mis ojos que hablan. Mis arrugas que cuentan. Mi sonrisa que sugiere. Mi mueca que confunde. Mi yo. Mi. Yo. Mi rostro. ¿ Más joven? ¿ por qué?, me costó mucho llegar hasta aquí, no puedo recular ahora. Tendrían que prohibir ese tipo de propaganda… tendríamos que querernos más. Ni siquiera querernos. Sólo tendríamos que saber quiénes somos para ni siquiera abrir un correo que viste ese enunciado. Yo nunca los abro.

1 Comments:

At 12:34 a. m., Anonymous Anónimo said...

Estas preciosa... me alegro de que todo te vaya tan bien.Un beso de parte de alguien que siempre te querrá

 

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