IMAGINA QUE NO TIENES NADA... Y LO TENDRÁS TODO

Imaginé un día en el que te levantas sin que suene el despertador, despiertas porque tu cuerpo ya tuvo suficiente, imaginé una mañana plagada de paseos bajo el sol, el viento o la lluvia, donde no había lugar para grandes compras ni excesivos gastos, imaginé una tarde de siesta a puerta cerrada y sin prisas al entornar los ojos tras el sueño o una casi siesta bajo el sol en alguna playa lánguida y con mucho olor a salitre. Esbocé horas enteras dedicadas a alguien, desinteresadamente, forjando una nómina altruista que nunca llegará, intenté imaginar un mundo en el que se pudiera vivir únicamente con uno mismo y lo poco que uno tiene que realmente es muchísimo..., fueron tan fuertes aquellos pensamientos idílicos, imaginé con tanta garra, utopicé con tal fervor que finalmente me topé con ello.