Mi Campo de Girasoles

jueves, 22 de octubre de 2009

LA SOMBRA QUE CREÍ VER UNA VEZ


Cuando a duras penas y en contadas ocasiones sonríes, y yo puedo contemplarlo, vuelven a mis fantasmagóricas retinas aquellos recuerdos de muñecas recortables y tardes después del colegio que tanto me llenaban el alma entonces, sin que pudiera apreciarlo antes, y que no menos lo hacen ahora dejándome un saborcillo dulzón y amargo que sólo dura segundos… cuando no sonríes, la mayor parte del tiempo -diría yo siempre con la cara asomada en el dintel de una puerta y el cuerpo dentro- te siento como a un extraño, el extraño asiduo, el extraño de cada día, el extraño que vive en casa, el extraño que siempre fuiste… a lo mejor porque así lo deseas o, a lo peor, porque así lo entendimos. Me temo que lo deseas… ya lo entendí hace mucho y lo respetaré mientras vivamos, ya no sé quién se marchará primero… lo de “por ley de vida” lo pasé por alto puede que justo cuando biológicamente me hice otra, aunque tú no te dieras cuenta. No creo en nada que por lógica haya de ocurrir por ley de vida, la vida carece de leyes y las leyes las imponen quienes quieren confiscar la vida, por tanto, pese a lo reiterativo, la vida carece de leyes. En ese caso y, únicamente por la no ley de la vida, puedo marchar antes yo. Me iré altanera ante ti y apenada al tiempo. Me iré orgullosa y triste a la vez, me iré como ya hace tiempo que me fui… ¿lo has notado? ¿te pesa? ¿harás algo para recuperarme? Por más que miro tus ojos gastados no veo más que tu ombligo, a veces vislumbro un resquicio de aquello que fuiste cuando febril e impulsivamente quisiste que entrara en tu vida, pero es tan leve que, finalmente esa nube que irradia cada uno de tus iris azules, me vuelve a llevar a tu barriga senil, a tu epicentro, a ti, a ti como el extraño que habita en casa, a ti sin más… entonces veo las banderas caer, el saludo solemne a los que yacen en el suelo, mis armas mutiladas y roídas… y vuelvo a asumir mi derrota, otra batalla perdida… no quisiera que fuera la última, por desgracia no es la primera pero aún tengo fuerzas para más. No sé cuánto durará la cosa. Existe ya la batalla de los 100 años…, yo no creo que viva tanto porque, por si no lo sabes, no me cuido demasiado, pero presagio años de lucha basándome en la experiencia, claro…aún así, amenazo con más de lo mismo, siempre que mi liviano corazón emita un bombeo que me permita mirarte, enjuiciarte, en relativas proporciones entenderte y, finalmente, esperarte. Ni Penélope lo fue tanto…, jamás creí tener tanta paciencia, yo lo llamo paciencia que rima con carencia -sé que es otra cosa- ... yo carezco, tú careces, él carece… todos carecemos. Yo lo analicé, tú no lo analizaste. Yo lo intenté, tú no lo intentaste. Yo persistiré… mientras tú sigues observando tu ombligo de anciano que se pierde dentro de ti, o en lo que queda dentro de ti, surcando enfermizamente círculos cada vez más cerrados y yo, tejiendo mi bufanda, aún sigo construyendo figuras de arena seca y fina que se desmoronan en su intento de ser la versión real del extraño conocido que un día me hizo sonreír con diez pliegos de muñecas recortables como sólo un padre podría hacerlo. Gilipollas.

4 Comments:

At 8:32 p. m., Blogger AdR said...

Es magnífico. Sin más.

 
At 5:18 p. m., Blogger Unknown said...

Yo tambien tuve un padre parecido.Al cabo de los años logré comprenderlo, aceptarlo...y hasta perdonarlo. Incluso,a veces, le doy las gracias por darme la vida en esta tierra.

 
At 8:32 p. m., Blogger Carlos said...

Puedes llamarte afortunada por tener el recuerdo de las recortables. Pero estoy seguro de que aun asi, si buscas un poco encontraras cientos de buenos momentos. Buscalos a toda costa y trata de recordarlos con él, sigue luchando, que la guerra nunca esta perdida, hasta que se pierde de verdad, y lo que mas jode es que pese a lo gilipollas que pueden llegar a ser, se les echa muy mucho de menos...

Un beso

 
At 9:14 p. m., Blogger Mi campo de Girasoles said...

Hola Carlos, y gracias por tu comentario. Bueno, claro que sí, hay muuuuuchos buenos recuerdos, por eso me joden las cosas precisamente, porque tendría que ser todo una continuidad más que un rebuscar en el pasado, pero como ya escribí, es otra batalla perdida que no la última peleada. Luchadora nata, lo seré hasta que me marche, vamos, que soy una jartible...jjjj Mil besos!!!

 

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