Mi Campo de Girasoles

jueves, 6 de agosto de 2009

INSOLENTE


Lloré por ti. Deseé tu clima, tu olor a caballas y sardinas, a adobo y pimientos, a salitre y sexo. Cada año reitera. Te lloro, te anhelo, te venero y te odio. Te odio, tan pronto como llegas desapareces, me vuelves la cara insolentemente, me dejas una nota de color, de color canela fatídico, atenuador de rasgos puntiagudos a veces en mi cuerpo, luego te vas, igual de insolente si no más... chuleas a tu antojo, gritas los ritmos más impronunciables y las cadencias más recordables, aporreas con olor a brisa de mar a cuantos se atrevieron a desafiarte... y me aporreas, me aporreas hasta desear un invierno frío de bufandas. Eres cruel y dorado, bendito y sudoroso, ambiguo y cambiante... cada año me sorprendes, te espero paciente, confiada y abnegada. No quiero mucho, no necesito tanto. Colmas más de lo que puedo llegar a traducir, eso en cierto modo me enerva, me supera, me desquicia, cada año eres protagonista, verano de las narices.


Llenas mis mochilas de desorden y caos, mis libros se cansan de ser leídos, mis dedos se vuelven vulnerables a la sal y al agua y caen arrugados a tus pies, mis potingues tan necesarios en junio se tornan objetos indeseados en una maleta repentina y apretada a mitad de julio, mis propósitos de la piriñaca y el pavo a la plancha sucumben en un burguer cualquiera de una calle costera y mis flechas cupidianas vuelan cual cometa casera en uno de tus levanteros días pedantes... verano descarado, date por satisfecho, regocíjate, disfruta, sé quien siempre has sido, antes y después de mi llegada a este mundo aunque ahora te lo pensarás dos veces antes de pasar desapercibido delante de mis retinas, pequeño cabrón...

1 Comments:

At 1:52 a. m., Blogger AdR said...

Insolentemente original

 

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