Mi Campo de Girasoles

martes, 22 de enero de 2013

CONVERSACIÓN CON LAS MUSAS


Vino la ráfaga cargada… bueno, no… vino; sólo supe verla venir porque en realidad todas las ráfagas vienen cargadas… de tinta, de polvo, de mierda, de pelusa… es lo que tienen. El aire es aire humano, no? es eso, eso me contaron, eso aprecié y por eso me agrada. Y así, tan precario y genuino, volvió a llegar. “Tu santa madre!”, dije, dije entre enfadada y sorprendida. “¿Qué estuviste haciendo que tan ocupado te tuvo y por aquí ni se te vio?” Me sopló con cariño en la oreja: “Sólo eso, así es como se comunican los vientos”… aún así, yo le cogí coraje y manía… “¿Tan mal te pagan? Pensaba que eras mío, joder… bueno, mío y de cuatro más, pero no te sentí soplar en mucho tiempo y eso me hizo sentir ninguneada…”

Mi pelo dejó de moverse, el viento cesó y él, amable, me dijo “Para ti reservo los ratos que nadie precisa, los que guardo para mí y los que espero me hablen un día”. “Haces bien, muso insolente. ¿Cómo es posible y viable que salgas corriendo cuando más te echo en falta? ¿cómo pretendes que te salude impoluta, impertérrita  y bella cuando hace meses que no te veo los ojos?”. “Mira que eres tonta… - y mira que odio que me digan eso… y que lo diga mi muso más - ¿acaso no viste nunca que cuando tú estás a medias yo estoy a un cuarto y que cuando tú estás a un cuarto yo estoy a un medio y que cuando tú no estás yo soy el ser más desagradable y mezquino que el mundo pudo imaginar?”.

Su planteamiento me hizo entender muchas cosas, por eso cerré mi boca imaginaria, la boca que habla por dentro. Al cabo de unos segundos le dije “Perdona que te sexe, muso… sé que el sexo es bello, necesario y unificador pero sé también que las etiquetas a lo abstracto son un lastre en la mente, sólo por eso me disculpo”. “Tienes razón, hada”, dijo mi muso. “A veces he visto cómo tu cara se torna rosada y tus labios dejan entrever una dentadura que, sin dejar de ser sutil, muestra una sonrisa con la categoría y la fuerza de un orgasmo, la confianza y el tesón de un amante sin carne; esa es justamente la medida de los orgasmos de la vida, los que a fin de cuentas siempre perduran. Puedes sexarme todo cuanto quieras”.

domingo, 9 de diciembre de 2012

FROM LOST TO THE RIVER...


Los refranes me aportan tanto como me disparan al costado dejándome moribunda. Claro que los puedo llamar refranes o los puedo llamar “personas”… porque no son más que frasecillas ya hechas procedentes de las experiencias populares, con lo cual, todo este párrafo es una cagada y un rizo literario… no acabo más que decir que hay personas con las que estoy de acuerdo y otras con las que no… pero llené cuatro renglones y eso me gusta. Me gusta escribir.

El caso es que hoy, a raíz de venírseme a la cabeza uno de esos refranes con los que discrepo enormemente, empecé a recopilar mentalmente algunos más, discrepantes y no discrepantes. Entre los que me levantan de la silla por no compartir con ellos ni una mísera coma están:

  •           Ojos que no ven, corazón que no siente
  •          A quien madruga, Dios ayuda
  •           La mujer y el vino, hacen del hombre un pollino
  •           Más vale pájaro en mano que ciento volando

A ver… no hace falta ver nada para pasarlo mal, carajo. ¿La gente no imagina, no deduce, no piensa, no elabora realidades mentales a partir de indicios físicos? ¿eso sólo lo hago yo? los cojones… no me lo creo… Mi teoría es que quien empieza a sufrir únicamente cuando empezó a ver es sólo porque postergó su sufrimiento y, por tanto, su capacidad para remediarlo o, lo que es lo mismo, perdió un tiempo divino de ponerse las pilas; en cuanto a lo de madrugar… qué quieres que te diga? he vivido días fantásticos habiendo despertado a la una del mediodía y días de auténtica mierda  habiéndome despertado para ir a ver al gallo roncar… conmigo milongas no, que me cansan; la mujer y el vino… nada, reinas… desengañaos ya… ni dos tetas, ni dos carretas, ni vinos, ni pitos ni flautas… como el maromo sea íntegro, inteligente, sensato, entero, cabal y puro, ya puedes ser una mujerona y la reencarnación de Baco que igualmente te vas a volver por donde viniste. Y bueno, lo del puto pájaro me toca las narices una cosa mala… ¿en serio que vale más un pájaro en la mano que ni forma de pájaro tiene que noventa pájaros espléndidos, vistosos y pechugones volando cielo a través con la fuerza de siete boings? … ni respondo, creo que se me entiende.

Luego hay otros que sí se me adaptan, más o menos…

  •          Aceitunita comida, huesecito fuera
  •           No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy
  •           Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar
  •           No hay campo sin grillo ni hortera sin amarillo

Está claro, el hueso dando vueltas en la boca no va a ninguna parte y si va, es incómodo y atraganta… mejor que salga cuanto antes; el hoy está, el ayer estuvo y el mañana, con suerte, estará, pero lo mismo no…; lo que le pasa al otro le pasa porque es humano, hombre o mujer, porque está en el mundo, en el mismo que tú, y porque la vida acontece para él igual que para ti, no seas prepotente o incauto, observa y prevé; y lo del amarillo… pues sí, es color de difícil combinación… Siempre hay un grillo en alguna parte del campo y siempre encontré un punto de diferenciación y hasta de caché, según se maneje, en el mundo hortera… ¿por qué iba a estar tesitando si no sobre refranes aparentemente absurdos?

jueves, 6 de diciembre de 2012

VECINAS PAPARAZZI


Son como los hongos, están por todas partes; algunas parecen flotar por los pasillos de las zonas comunes como salidas de las historias de Iker Jiménez, las hay que siempre tienen alguna planta de plástico a la que colocarle derecha una hoja y así hacer tiempo hasta que aparezca un vecino incauto, otras, creo, hacen noche en el rellano – porque si no, no me explico -.

No todas pueden presumir del mismo grado de profesionalidad. Para mi gusto, me resultan quemantes y moscones cojoneras aquellas que sacan la ametralladora y empiezan a disparar preguntas como si les hubiera venido un vómito repentino de curiosidad… uf… a ésas, como a las moscas, lo mejor es apartarlas a manotazos – metafóricos, claro… cachis -. Pero luego están las que han hecho cátedra… esas podrían montar su propia academia, certificada y todo; hacen como que no están, es decir, que pasaban por allí ( ni que el portal del edificio fuera la M-30…) y que, casualmente, la vida las ha colocado ahí en ese preciso instante con el único propósito de aguantarte la puerta… y entonces empiezan con un sutil comentario acerca del clima… ya eso da grima… no sé por qué, pero no me parecen trigo limpio los vecinos que me comentan lo evidente sin que yo además les haya preguntado… Luego enlazan magistralmente la opinión del tiempo con asuntos más trascendentales: “pues qué guasa tener que coger carretera con esta lluvia, verdad?... ten cuidaíto con el coche, hija, porque tú conduces, no? y sigues estudiando, no? hay que ver cómo está todo… menos mal que si por lo menos tienes un trabajillo puedes moverte pacá y pallá… no? o bueno, siempre te puede traer y llevar alguien… tu padre bien, no? es que lo veo muy poco ahora… vamos, a ti tampoco te veo mucho, saldrás fuera los fines de semana con el muchacho, no?”… y eso puede ser eterno, quiero decir, es algo así como el minuto que parecen ocho de calentar la leche en el microondas… 

Yo creo que a mí se me pone un ademán así estiradete a lo Carmen Lomana que tiene que echar para atrás una cosa mala… y nada, empiezo a emitir monosílabos ambiguos, como aquellos que le soltaba a mi madre cuando me increpaba por algo no bueno que había hecho, monosílabos que no quieren decir ni sí ni no, no sé cómo transcribirlos fonéticamente, pero se parecen un poco a esto: “heaa..” donde la “h” se pronuncia como aspirada, vamos, a lo inglés. Y bueno, como ahora tengo el pelo más largo por aquello de no gastar en peluquería, me limito a completar mi “countdown” mental y culmino la conversación con una sacudida de melena y un “hasta luego, Menganita”.


Hala, cada uno en su vida y la paz en la de todos.

domingo, 4 de noviembre de 2012

DEPENDER

La incómoda ambigüedad de la dependencia espontánea. Ya... dicho así parece un trabalenguas pero, en realidad, es una realidad tan presente como escapista. Nadie quiere - bueno, generalizar no me gusta, retomo pues - casi nadie quiere depender del otro, en casi ningún sentido; vale que asumamos que venimos al mundo empujados por la santa madre, que crecemos arropados por su teta y, con suerte, con quien la acompaña; vale también que durante años necesitemos de más de un centenar de personas que velen por nuestra educación, por nuestra capacidad de hablar, de entender, de abrocharnos un abrigo, de desenvolvernos en grupo, de sintetizar y adquirir ideas, de desarrollar el intelecto... todo eso vale. Lo que ya no nos vale tanto es el hecho de reconocer que, nos guste menos, nos dé lo mismo o nos guste más, un porcentaje elevado de nuestro grado de satisfacción "personal" - que así la llamamos - dependa de la aprobación de los demás sobre nuestros actos, nuestra imagen y, crudísimamente, sobre nuestra forma de ser y de comportarnos en esta vida... pero es así. Yo, desde que elaboré esta idea y la di por buena, soy un tanto más feliz. Es decir, no me hace plenamente dichosa el hecho, para mí hasta ahora inevitable, de tener que contar con otra gente para reconfortar mi persona, sin embargo, desde que dejé brotar la sementera de la humildad en mi huerto particular, se ve que algo creció y que algo me pudo aportar y, sí, a día de hoy tengo bien claro que no puedo ser quien soy, e incluso quien pretendo ser, si me hallara como un ser unipersonal en este fatídico mundo, o sea, que dependo del resto de la humanidad, en mayor o menor medida, o me quedo en el stand by enfermo de quien cree que solo todo lo puede. 

Aunque mis textos resultan terriblemente pedantes y churriguerescos la mayoría de las veces que me tomo en serio un escrito, sé también que si formulo una pregunta liviana y sencilla más de un lector comprenderá lo rizado de mi discurso cuando al formularme esta pregunta a mí misma, y que en realidad es para todos los que posen sus ojos en mis líneas, sepa de antemano cuáles van a ser las respuestas: ¿acaso cuando te acicalas y te peinas y te arreglas frente al espejo, lo haces únicamente para gustarte a ti? ¿te gustarías igual si al salir a la calle todo el que te mira mostrara un ademán de rechazo?... 

Lavarse la cara y arreglarse el pelo son actos puramente metódicos y en ocasiones poco trascendentales pero, sí o sí, ocurre igual con todos los movimientos que realizamos desde que pisamos la realidad, ya sean físicos, visibles, "secundarios", tontos o determinantes.

Precisamente por todo eso, entre otras cosas, creo que la felicidad egoísta y unipersonal se da en escasas ocasiones en esta vida - si las comparamos con todos aquellos momentos que espontánea y ambiguamente dependen de otros, claro - y que, por muy ridículas que parezcan son las que te recuerdan quien eres.

sábado, 20 de octubre de 2012

BESO...

El beso de la madre sana,
el del amigo anestesia,
el del amante enciende,
el del hermano une,
el propio entristece y el tuyo...
el tuyo es el beso; tú eres el beso.

sábado, 13 de octubre de 2012

¿HAS VISTO LO QUE HACE LA ZORRA DE TU HIJA?


Hoy he vivido una posesión, pero posesión posesión… con instante de ojos casi vueltos y todo…

Cuando era pequeña, o mediana, quiero decir cuando tenía esa edad en la que casi todas las cosas que hacían o decían los mayores de tu familia te hacían sentir vergüenza, quería morirme – metafóricamente – cada vez que mi madre, con ese dulce descaro suyo, soltaba una fresca ante alguna situación que, por el motivo que fuese, le resultaba incómoda. Era como si en aquellos momentos yo tuviera la inminente necesidad de gritar al mundo “no, yo no soy su hija, no la conozco de nada”. Luego, con el tiempo, se me fue pasando esa vergüenza adolescente al menos un poquito, porque para ciertas cosas sigo siendo igual de gilipollas…

Esta mañana iba a trabajar en el autobús con la cara de poca jarana, mucho sueño y veinte preocupaciones. Me gusta colocarme las gafas de sol y evadirme detrás de ellas como si dos cristales de hormigón armado me protegieran de las inclemencias de la vida, aún así, en la primera parada, una señora se me colocó al lado… Mi reino por mis auriculares, pensé. Pero no, no los llevaba en el bolso hoy…

Enseguida, nada más empezó a hablar, me di cuenta de que la señora, de unos cuarenta y ocho años, se medicaba con antidepresivos; por suerte o por desgracia sé bien cómo se nota eso en una persona, además en tan solo dos minutos dijo por lo menos tres veces “… y como yo padezco de depresiones…” A los tres minutos de estar oyendo el zumbido cojonero de su voz pegada en mi oreja izquierda mientras yo no hacía más que mirar por la ventana, empecé a sentir que una fuerza sobrenatural de otro mundo comenzaba a apoderarse de mí… Como en cualquier película de exorcismos y posesiones demoníacas, mi cuerpo entero se agitó nerviosa e inevitablemente… la pierna con el típico “tic tic tic” rítmico, una de mis manos tocando un piano invisible, mis dientes superiores mordiendo mi labio inferior… En arameo creo que no hubiese podido hablar, ni siquiera pensar, pero por mi mente pasaban frases del tipo “cállate, zorra” a velocidades infernales… hasta que, tras un giro ocular y de cuello, se produjo la posesión; el espíritu de mi madre entró en mi cuerpo y, mirando fijamente a la urraca parlanchina, dijo “Mira, hija, yo no tengo ganas de hablar por hablar, ni siquiera te conozco y me duele la cabeza”. “Ah, bien… ¿quieres un Dolalgial, muchacha?”, “no, gracias… quiero que deje de hablarme, por favor”.

viernes, 17 de agosto de 2012

¿COMUNICACIÓN O MARTIRIO?

Cuando eres de naturaleza analítica realmente lo analizas todo y, no sólo eso, yo creo que el sujeto dado al análisis ante todo es curioso y, bueno, por tanto en cierta manera inteligente, siempre y cuando su curiosidad no quede en un mero "ay, si yo supiera..." Analizar implica observar, practicar la paciencia, mantener la mente fría, los sentidos sanos y, en una primera fase de análisis, no compartir lo recopilado, más que nada para no distraerse con las primeras impresiones de los otros. 

A mí siempre me ha gustado analizar, por eso muchas veces me disgusto tanto. Algunas por no poder - o no querer - satisfacer esa curiosidad de la que hablaba y otras por haber llegado a conclusiones y a resultados que no han sido completamente de mi agrado, aún así, no cambiaría esa forma mía de proceder por otra parecida a vivir con la baba caída mientras las cosas acontecen.

Uno de mis últimos análisis ha girado en torno a las nuevas formas de comunicación y, más en concreto en la comunicación mediante "short message system", los sms de toda la vida, vaya... bueno, de toda la vida no, de toda la vida esta de ahora. En realidad no me quiero referir a esas abreviaturas infernales que no sólo los adolescentes utilizan y que, en mi humilde opinión, tanto daño está haciendo a esta nuestra lengua, que más que papilas sintácticas, morfológicas y léxicas empieza a tener más yagas ya que otra cosa... Yo me refiero a las interpretaciones psicológicas y subliminales - y creo que acabo de redundar porque la psicología en sí ya me parece subliminal - que resultan de un exhaustivo análisis del mensaje en cuestión. 

El caso es que pienso que ya va siendo hora de que alguien, o muchos - porque esto afecta a muchísima gente - se pronuncie en cuanto al nuevo tipo de escritura de esta nuestra era. Y es que no es lo mismo "un beso!" en minúsculas al final de un sms que ese mismo beso en plan "UN BESO!" ( y me refiero a cuando todo el resto del texto se ha escrito en letras chicas... ), no es lo mismo ni de coña y todos lo sabéis... Por no hablar ya de si es un beso del tipo "bs" o a lo sumo "Bss". En cuanto a todo esto del fatídico beso no quisiera que viniera nadie a fastidiar mi teoría con argumentos básicos ni con nimiedades y memeces respaldadas por un "cosas del móvil" o un "la escritura predeterminada"... já! ¿quién no sabe aún que para cambiar de minúsculas a mayúsculas hay que hacer un ínfimo esfuerzo y pulsar en una teclita que hace que las letras luzcan grandes? vamos, hombre...

Están también esos jodidos, intrigantes, desconcertantes y cabrones puntos suspensivos... sí, esos. Mi móvil es un receptor-emisor de llamadas y mensajes con categoría de mierda, vamos, quiero decir que por no tener no tiene ni cámara de fotos, pero no necesito ser una experta en tecnología punta para saber que para escribir tres o más ridículos puntos en un sms tienes que dedicar al menos medio segundo para cada uno de ellos. Que se escriben a conciencia, joder! Yo suelo dividirlos en tres categorías fundamentales ( las veremos con ejemplos ):

- Sms con puntos suspensivos "tipo 1": "Pues eso, que no voy a ir, no me apetece...". Bien. Aquí el emisor claramente está diciendo "y no me preguntes por qué porque no te voy a dar ni una explicación más, no me apetece y punto". Yo lo veo clarísimo.

- Sms con puntos suspensivos "tipo 2": "Luego podríamos ir a tomar algo...". A ver, aquí hay dos posibles interpretaciones. Si el emisor es de tu mismo género lo que te está diciendo es que pretende que después de tomar ese algo toméis otro algo más y que la liéis parda pardísima; si el emisor es del género opuesto o del mismo género ( en los casos "homo" ) y ya pensaste que le puedes llegar a hacer "tilín", lo que te está diciendo es que quiere mojar, así de claro.

- Sms con puntos suspensivos "tipo 3": Estos son los más complicados de interpretar... ( veis? los acabo de usar. Suelen ir en planteamientos y situaciones que uno no sabe encauzar al cien por cien ) A ver, algún ejemplo... ( otra vez ) mmm... ( y otra ) vale! ya! "lo nuestro no puede ser, no preguntes más y, por favor, no me llames, es mejor así..." Uy, la vírgen! esto es algo así como "mira, yo qué sé, ahora mismo es lo que creo pero yo qué sé, no sé, no conozco el por qué ni el por qué no, ay, qué mal, espero que cojas esos tres puntos como un "llámame, coño, sí, llámame". Estos puntos son los peores, vamos, que dan para una tesis... 

Las exclamaciones también tienen su "cosa" así como sus intensidades. Están las exclamaciones al final de frase, a lo inglés, están las que anteceden y preceden, están las dobles, las triples, las cuatruples, las imposibles... de hecho yo me guardo mucho de usarlas, no me gusta aparentar falsa felicidad o emoción, normalmente las reservo para felicitaciones de cumpleaños, para enhorabuenas específicas y para personas muy especiales porque, ya os digo que todo esto es muy subliminal y, aunque no lo creáis, la mente lo absorbe todo y de todo se hace su propia película y, mira no, exclamaciones a diestro y siniestro como que no, que luego la peña se emociona y la liamos.

Y bueno... ¿qué pasa con esas caritas? ¿esos "emoticonos" del infierno? Hay dos en particular que me encantan; está el de los dos puntos y el paréntesis final :) y el del punto y la coma y el paréntesis final ;) Llamadme loca, pero yo tengo mucho cuidado con según a quien le guiño el ojo, siempre. Es lo que hay y es lo que veo. Cosas de los sujetos con naturaleza analítica.

Otro punto curioso: mensajes largos y mensajes asquerosamente cortos. Ay, madre...! Recibir un "ok" después de haberte pegado diez minutos elaborando un sms concienzudamente, barajando posibles reacciones, controlando las exclamaciones, midiendo las abreviaturas ( muchas no, que queda una como una niñata de mierda ) escribiendo y borrando mayúsculas, debatiéndote entre el beso, el abrazo, el "bs", el :) o el ;), el "jajajajaja" o el "jejejejeje" ( porque hasta las vocales en la risa tienen su miga... chungo reírse con la "o"... eso sólo lo hace Santa Claus o la gente muy muy muy sátira ) midiendo los puntos y recreándote en cada coma... eso, eso es una putada. "ok"... hala, y ya está, sin más. Claro que lo mismo sienta peor un "stoy d bajona, mirand tv y dseand cogr el ktre..." con sus puntos y todo...

En fin, es bello analizar después de todo. Y el que esté libre de susceptibilidades comunicativas vía sms que me lance el primer Iphone...