Mi Campo de Girasoles

domingo, 9 de diciembre de 2012

FROM LOST TO THE RIVER...


Los refranes me aportan tanto como me disparan al costado dejándome moribunda. Claro que los puedo llamar refranes o los puedo llamar “personas”… porque no son más que frasecillas ya hechas procedentes de las experiencias populares, con lo cual, todo este párrafo es una cagada y un rizo literario… no acabo más que decir que hay personas con las que estoy de acuerdo y otras con las que no… pero llené cuatro renglones y eso me gusta. Me gusta escribir.

El caso es que hoy, a raíz de venírseme a la cabeza uno de esos refranes con los que discrepo enormemente, empecé a recopilar mentalmente algunos más, discrepantes y no discrepantes. Entre los que me levantan de la silla por no compartir con ellos ni una mísera coma están:

  •           Ojos que no ven, corazón que no siente
  •          A quien madruga, Dios ayuda
  •           La mujer y el vino, hacen del hombre un pollino
  •           Más vale pájaro en mano que ciento volando

A ver… no hace falta ver nada para pasarlo mal, carajo. ¿La gente no imagina, no deduce, no piensa, no elabora realidades mentales a partir de indicios físicos? ¿eso sólo lo hago yo? los cojones… no me lo creo… Mi teoría es que quien empieza a sufrir únicamente cuando empezó a ver es sólo porque postergó su sufrimiento y, por tanto, su capacidad para remediarlo o, lo que es lo mismo, perdió un tiempo divino de ponerse las pilas; en cuanto a lo de madrugar… qué quieres que te diga? he vivido días fantásticos habiendo despertado a la una del mediodía y días de auténtica mierda  habiéndome despertado para ir a ver al gallo roncar… conmigo milongas no, que me cansan; la mujer y el vino… nada, reinas… desengañaos ya… ni dos tetas, ni dos carretas, ni vinos, ni pitos ni flautas… como el maromo sea íntegro, inteligente, sensato, entero, cabal y puro, ya puedes ser una mujerona y la reencarnación de Baco que igualmente te vas a volver por donde viniste. Y bueno, lo del puto pájaro me toca las narices una cosa mala… ¿en serio que vale más un pájaro en la mano que ni forma de pájaro tiene que noventa pájaros espléndidos, vistosos y pechugones volando cielo a través con la fuerza de siete boings? … ni respondo, creo que se me entiende.

Luego hay otros que sí se me adaptan, más o menos…

  •          Aceitunita comida, huesecito fuera
  •           No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy
  •           Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar
  •           No hay campo sin grillo ni hortera sin amarillo

Está claro, el hueso dando vueltas en la boca no va a ninguna parte y si va, es incómodo y atraganta… mejor que salga cuanto antes; el hoy está, el ayer estuvo y el mañana, con suerte, estará, pero lo mismo no…; lo que le pasa al otro le pasa porque es humano, hombre o mujer, porque está en el mundo, en el mismo que tú, y porque la vida acontece para él igual que para ti, no seas prepotente o incauto, observa y prevé; y lo del amarillo… pues sí, es color de difícil combinación… Siempre hay un grillo en alguna parte del campo y siempre encontré un punto de diferenciación y hasta de caché, según se maneje, en el mundo hortera… ¿por qué iba a estar tesitando si no sobre refranes aparentemente absurdos?

jueves, 6 de diciembre de 2012

VECINAS PAPARAZZI


Son como los hongos, están por todas partes; algunas parecen flotar por los pasillos de las zonas comunes como salidas de las historias de Iker Jiménez, las hay que siempre tienen alguna planta de plástico a la que colocarle derecha una hoja y así hacer tiempo hasta que aparezca un vecino incauto, otras, creo, hacen noche en el rellano – porque si no, no me explico -.

No todas pueden presumir del mismo grado de profesionalidad. Para mi gusto, me resultan quemantes y moscones cojoneras aquellas que sacan la ametralladora y empiezan a disparar preguntas como si les hubiera venido un vómito repentino de curiosidad… uf… a ésas, como a las moscas, lo mejor es apartarlas a manotazos – metafóricos, claro… cachis -. Pero luego están las que han hecho cátedra… esas podrían montar su propia academia, certificada y todo; hacen como que no están, es decir, que pasaban por allí ( ni que el portal del edificio fuera la M-30…) y que, casualmente, la vida las ha colocado ahí en ese preciso instante con el único propósito de aguantarte la puerta… y entonces empiezan con un sutil comentario acerca del clima… ya eso da grima… no sé por qué, pero no me parecen trigo limpio los vecinos que me comentan lo evidente sin que yo además les haya preguntado… Luego enlazan magistralmente la opinión del tiempo con asuntos más trascendentales: “pues qué guasa tener que coger carretera con esta lluvia, verdad?... ten cuidaíto con el coche, hija, porque tú conduces, no? y sigues estudiando, no? hay que ver cómo está todo… menos mal que si por lo menos tienes un trabajillo puedes moverte pacá y pallá… no? o bueno, siempre te puede traer y llevar alguien… tu padre bien, no? es que lo veo muy poco ahora… vamos, a ti tampoco te veo mucho, saldrás fuera los fines de semana con el muchacho, no?”… y eso puede ser eterno, quiero decir, es algo así como el minuto que parecen ocho de calentar la leche en el microondas… 

Yo creo que a mí se me pone un ademán así estiradete a lo Carmen Lomana que tiene que echar para atrás una cosa mala… y nada, empiezo a emitir monosílabos ambiguos, como aquellos que le soltaba a mi madre cuando me increpaba por algo no bueno que había hecho, monosílabos que no quieren decir ni sí ni no, no sé cómo transcribirlos fonéticamente, pero se parecen un poco a esto: “heaa..” donde la “h” se pronuncia como aspirada, vamos, a lo inglés. Y bueno, como ahora tengo el pelo más largo por aquello de no gastar en peluquería, me limito a completar mi “countdown” mental y culmino la conversación con una sacudida de melena y un “hasta luego, Menganita”.


Hala, cada uno en su vida y la paz en la de todos.