THE DARKEST STAR

LA ABSURDA BARRERA DE CADA UNO

Con lo fácil que sería pasar por uno de los dos lados... y todavía, y ante una puerta así de endeble, seguimos intentando saltar. Ciegos de desesperación y sólo pensando en estar al fin al otro lado, no somos capaces de bordear la puerta, o de escarbar la arena, o de caminar por la playa descalzos...

LA PUTADA DE SER PARASÓMNICO

Antes de que sigáis leyendo este post, quisiera dejar claro que, a pesar de que intentaré abordar el tema del que hablaré con sentido del humor, se trata de un asunto serio para quien lo padece y quienes lo soportan. Sigamos, pues.

Todos hemos tenido en casa alguna vez un roncador. Un roncador es esa personita encantadora durante el día, pausado al hablar, silencioso en sus quehaceres, agradable en todos los aspectos y al que, sin embargo y sin demora, meterías un mazazo a las cuatro de la mañana, cuando parece tragarse las paredes y todos sus accesorios en una de sus aspiraciones infernales de oxígeno. Al lado del roncador, el camión de la basura son las arpas celestiales... al día siguiente, como todos sabemos que el pobre hombre ( o mujer, eh? ) no lo hizo a posta, lo más que hacemos, además de resignarnos y comprar tapones, es gastarle alguna bromilla que otra y aconsejarle que vaya al médico, que deje el tabaco y que se acueste con una tirilla ridícula color carne pegada en la nariz... y todos en paz.

Pero, ¿ qué ocurre cuando eres parasómnico?, sí joder, parasómnico..., ¿cómo?, ¿qué?, eh????... ahhh!... ya, que no sabes que coño es eso!!!, me lo temía...., bueno, no me lo temía , estoy aquí para hablaros de eso.

Hay muchos tipos de parasomnias, para que os hagáis una idea, el sonambulismo es parasomnia, el hablar dormido también... y yo por desgracia, o por lo que sea, soy parasómnica. - "Me llamo Núria y soy parasómnica", - "Bienvenida Núria, te escuchamos". Pues aunque suene a chiste es una putada. No estoy muy puesta en esto de enlazar desde el blog, pero quisiera que visitárais la siguiente dirección de la Universidad de Navarra y que leáis al menos hasta la línea 18 del apartado "¿Qué entendemos por parasomnia?" para que entendáis un poquitín mejor qué es lo que padezco cuando digo que soy parsómnica http://www.cun.es/areadesalud/enfermedades
/sistema-nervioso/parasomnias/

Seguramente, no entendáis que ésto pueda llegar a ser motivo de preocupación, yo tampoco lo pensaba así, pero los problemas del parasómnico muchas veces lo tienen los demás. A ver, una vez, estando dormida en el sofá de mi casa, en sueño muy profundo supongo, puesto que empecé a charlar, dije más o menos: "con esta escopeta mataré a las tres ovejitas y al buey". Era Navidad. Mi madre primero alucinó, luego rió como una descosida y luego, al otro día, cuando estuve con los pies en el suelo, me lo contó. Pero, ¿ y si mi madre hubiera pensado que su adorable hija adolescente no era más que una psicópata en campaña navideña? muy chungo sí, bastante. O luego están esas palabras que sueltas en mitad de la noche que son más o menos como eso satánico que dicen que suena en los discos de AC DC cuando los pones del revés... y lo malo está en que quien te oye se emperra en decirte "no tía, dijiste claramente que nos odiabas a todos" y tú te quedas ahí, clavada, con la cara partida y con una impotencia de cojones porque aunque ciertamente dijeras dormida "no os puedo ni ver a ninguno" la realidad no es en absoluto esa...

Además está el conflicto me levanto-no me levanto de todas las mañanas para ir a trabajar. Cuatro alarmas!!!, me da igual que no lo entendáis, para mi es una especie de trauma el despertarme, entendiendo trauma como cambio radical sueño-vigilia, proceso para mi bastante complicado; de ahí que me guste preparar mi ropa la noche antes y que siendo joven pupila llegara más de una vez a la escuela con zapatillas. En serio, que a lo largo de mi vida, mis despertares extraños, mis conversaciones sin sentido en la noche, mis patadas esporádicas pero firmes mientras duermo, mis paseos por la casa cuando era pequeña con la cara del niño de Los Otros, y mis cosillas de parasómnica, me han dado más de un problema y, sobre todo, a veces me ha hecho sentir diferente y... rarita. Pues no, no soy tan rara y desde aquí os animo a que echéis un vistazo y leáis acerca de todo lo onírico, es bastante interesante y sobre todo, es humano. Felices sueños.

ABSTRAÍDA

La cosa más tonta nos puede provocar la fascinación más dulce... han pasado muchos años y aún recuerdo qué estaba mirando cuando se tomó esta foto. No lo contaré porque pertenece a mis recuerdos ininteligibles para el resto del mundo. Curiosamente, hay detalles y situaciones nimias en su origen que uno puede llegar a recordar el resto de su vida y al hacerlo volver a sonreír con la misma expresión de boba. Me gustan las fotos que me transportan al lugar de los acontecimientos, con sus olores, su clima, su gente, sus minutos y horas... me encanta esta foto.

COMO DOS GOTAS DE AGUA..... seguro

Incomprendido?, extraño?, peculiar?, diferente?, atípico?.... no sé, todas estas palabras nunca tendrían sentido si no se utilizaran como se utilizan, es decir, siempre algo es extraño en comparación con lo que entendemos como normal, o algo dejaría de ser atípico en el momento en que la mayoría lo practicara con una frecuencia e intensidad merecedora de convertirlo en algo popular. Por eso yo no creo en las personas raras... no hay personas raras, créeme, sólo hay personas, y un montón, eso es lo chungo... no hay dos gotas de agua ni remotamente iguales en un universo plagado de gotas, putas gotas. En fin, que es muy difícil a veces no sentirte incomprendido, como en otra dimensión paralela a esto que llamamos realidad... ¡¡¡¡tranquilidad!!!!, no eres raro...., si acaso rarito y..... ¡¡¡¡no estás solo!!!!, es sólo que no estás. Cuando esto ocurra, baja de tu dimensión paralela, pisa fuerte en el suelo, camina hacia delante y detente sólo para volver a caminar con más fuerza y busca esa gotita de las narices que se parezca un poquito a ti, al menos para que te alegre la vida durante un rato o a lo mejor para siempre, ¿quién lo sabe?

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UNA CERVECITA???

A veces uno no necesita nada más. Una cerveza con alguien que te oye y que te cuenta, con alguien a quien oyes y para el que cuentas. La cerveza es frecuentemente un lazo invisible, una excusa deliciosa, un puente gaseoso, un motivo espumoso, una fresca razón o una frívola necesidad. Ojalá siempre tengamos a alguien con quien escapar de la desidia del trabajo, las complicaciones de la casa, el hastío de las horas, el cansancio de los años... alguien con quien compartir la alegría de los éxitos, las burbujas del amor, la satisfacción de lo bien hecho, el coraje por la vida... alguien con quien tomar una cerveza que, en la mayoría de los casos, acabará caliente antes de fluir por nuestros cerebros, porque a pesar de todo la cerveza es lo menos importante a la hora de ir a tomar una cerveza.

( A todos aquellos que en alguna ocasión han compartido una cerveza conmigo y que además saben cuánto me gusta la cerveza, gracias por tan buenos momentos )