LA MUJER Y EL VINO HACEN DEL HOMBRE UN POLLINO.... O NO???
Os invito a que compartáis conmigo este tema. Para mi es una de esas canciones que me llegan muy adentro y me rozan en el alma. Aunque últimamente, y no sé debido a qué, vuelve a estar de moda ( cosa que en el fondo me molesta... ), esta canción la descubrí viendo la película Donnie Darko ( 2001 ) que ya de paso os animo a ver. El video de Gary Jules, intérprete de la canción, también entra en mis preferencias visuales: sencillo y directo y a la vez plagado de interpretaciones.
La letra de la canción, formada sólo por unas cuantas frases, también encierra mucho significado. Para mi, uno de mis temas preferidos sin ninguna duda.
All around me are familiar faces
worn out places, worn out faces
bright and early for their daily races
going nowhere, going nowhere
and their tears are filling up their glasses
no expression, no expression
hide my head i want to drown my sorrow
no tomorrow, no tomorrow
and i find it kind of funny
i find it kind of sad
the dreams in which i'm dying
are the best i've ever had
i find it hard to tell you'cos i find it hard to take
when people run in circles
it's a very, verymad world
children waiting for the day they feel good
happy birthday, happy birthday
made to feel the way that every child should
sit and listen, sit and listen
went to school and i was very nervous
no one knew me, no one knew me
hello teacher tell me what's my lesson
look right through me, look right through me
.jpg)
Ya no existe. Pero fue mi moto durante varios años. La rescaté del garaje de la madre de una amiga cuando se disponían a acabar con su vida injustamente... "No arranca", dijo la madre de mi amiga mientras yo oía una pequeña tosecilla que salía de sus pulmoncitos mohosos. "Ya arrancará", dije yo con una mezcla de chulería y autoconvicción... a ver qué cojones hacía ahora con la motito... Cuando al fin conseguí desprender el polvo y las telarañas de las zonas básicas tales como pedales, manillar, asiento... y motor, dediqué toda una tarde a empujar la moto con cara de no pasa nada, no me miréis, no necesito ayuda que yo la arranco... Estas motos eran una putada a la hora de hacerlas andar porque tenías que agarrar un pinganillo extraño que había justo debajo del freno de la izquierda a la vez que sobre la pata de cabra te dejabas caer haciendo una fuerza inhumana sobre uno de los pedales mientras la mano derecha aguardaba para mover el acelerador en su justa medida y propicio momento ( antes o después no podía ser porque la moto "se ahogaba" ), o bien, sustituías lo de dejar la moto quieta sobre la pata de cabra optando por empujarla por el suelo, eso sí, siempre agarrando ese pinganillo del que hablábamos y soltándolo solamente, y de forma estratégica y progresiva, cuando la moto hacía un sonido parecido al de una expiración. Era entonces cuando a tu mano derecha le salían un par de cayos en cuestión de segundo y medio, porque girabas el acelerador como si tuvieras que salir huyendo del Apocalipsis. Pero cuando arrancaba... era fantástico. El sudor se te enfriaba a cinco kilómetros por hora y a la vez que avanzabas los quince primeros metros ayudándote con un sano pedaleo, pensabas "va como un guante...", el amor propio humano es infinito...

Pues eso, aquí estoy estrenando conexión. La cosa ha estado complicada puesto que me ubico en una humilde y chiquita habitación en la que apenas sólo cabemos mi gran colección de ropa, alhajas y otros enseres femeninos y yo... es así, no puedo reclinarme en el respaldo de mi silla mientras tecleo , entre otras cosas porque mi silla no tiene respaldo, realmente no ostenta la categoría de silla, más bien es un taburetito plegable monísimo... pero al fin podré escribir de nuevo, quizá no como lo hacía antes, porque antes era antes y ahora es otra cosa, porque donde antes al mirar por la ventana veía mar y cielo ahora veo sólo un tendedero mohoso y dos bombonas no más nuevas de gas butano. No sé dónde pintó Van Gogh sus girasoles, probablemente no lo hizo entre bombonas de gas y ruidos vecinales de todo tipo. Ni mucho menos soy como Van Gogh, ni siquiera soy artista, sólo me gustan los girasoles, pero sí he sentido muchas veces la musiquilla en mi barriga cuando me dispongo a escribir y he cogido un boli o el teclado cual pincel oleoso en rugoso lienzo.
Todos los célebres pintores han sido catalogados siguiendo un planteamiento que se basa en épocas de sus vidas. Hoy, mal sentada en esta habitación que me ha visto crecer y donde ahora vuelvo con la cabeza un poco gacha, echo un vistazo a mi blog y veo con claridad dos épocas que se abrazan y se pelean entre sí. La de los comienzos del propio blog, que no era más que mi alma que se abría sin carencias a una nueva vida que se me antojaba novedosa, fantástica y esperanzadora... y la etapa del inconformismo, la desidia y el hastío, donde empecé a sentirme como una princesa caprichosa que todo lo tiene y nada le gusta. Como ocurre siempre, puedo entender esas dos épocas ahora que ya pasaron delante de mis ojos, nunca antes... Vuelvo inaugurando etapa. Simplemente eso. Quisiera, al pasar el tiempo y catalogarla, poder definirla con una sonrisa en la cara y con los ojos brillantes y deslumbrados por el sol.
Gracias a todos los que me leen.

